Bienvenidos sean los visitantes a los parajes lejanos de mi imaginación, sentiros bien recibidos tanto a comenta como a visitar y leer todos y cada una de las historias. O siemplemente pasar para decir hola o pasar por pasar. Y si podeis pasaros por EL ALMACEN DE TAP-S, una pequeña ayuda para que esta escritora se gane la vida. GRACIAS

17 feb 2009

La ultima salida

Nos perseguían, huíamos los dos juntos. Sé que no es común escapar de unos vampiros, cuando tu salvador es uno de ellos. Le amaba, le amaba tanto, que sufría por él. Sabía que el también me amaba, pero el sacrificio que hacía por mantenerme con vida era inhumano. Todos querían mi sangre. Según él su olor era el más delicioso que hubiera olido jamás, pero no solo para él, sino para todo su aquelarre. Normalmente habría sido el primero en matarme para beber el suculento líquido. Pero algo en mi despertó en él un sentimiento de amor, que hizo que se revelara contra todo su aquelarre, para salvar mi vida, interponiéndose entre ellos y yo. Por eso corrimos por las calles intentando despistarlos. Pero eran demasiados, y si nos encontraban nos matarían a ambos. A mí por mi sangre, y a él por anteponer a una simple humana frete a todo su aquelarre, por revelarme el secreto, por quitarle la presa a otro vampiro y a saber en que más problemas se habría metido por protegerme. Las lágrimas comenzaron a caer por mi rosto ante la simple expectativa de que él sufriera algún daño. Él me miro, vio mis lágrimas y una expresión de dolor recorrió su rostro. Llegamos a un callejón y me atrajo hacía sí. Me abrazo por detrás cubriendo casi todo mi cuerpo intentando disimular mi olor.
-Ya se acercan-susurre, mientras escuchaba los enfadados siseos en la lejanía.
Él puso mala cara, y gruño lentamente exasperado. En un último momento les oímos casi encima de nosotros, sobre los tejados. Acerco sus labios lentamente a mi oído y me susurro
-Lo siento amor, pero esta es la única manera de salvarte.
Le mire desconcertada sin saber a qué se refería, pero antes de poder decir nada sentí como sus dientes afilados se clavaban en mi tersa piel. Mientras sentía su veneno introducirse en mi cuerpo abrasando cada fibra de mi ser, solo veía la mirada de él. Una mirada suplicante de perdón, como si me hubiera condenado a la peor de las maldiciones.
 
Posted by Picasa

1 comentario:

Gracias por comentar vuestros comentarios son lo que más me inspira!