Caminaban por el bosque, su poblado no estaba lejos. Habían salido a cazar. Era una de las primeras veces que salían, pues acababan de ser considerados hombre según las costumbres de su pueblo. Fueron riendo sin tener cuidado de hacer ruido con lo cual espantaron a casi todos los animales del bosque cercano. Cuando llevaban ya rato caminando fueron conscientes de lo que habían hecho, pero no querían volver al pueblo con las manos vacías por lo que se internaron en la espesura esta vez sigilosamente. Cuando llevaban ya rato caminando vieron lo que parecía ser una colina cubierta de helechos, pero cuando se acercaron descubrieron que no era precisamente una colina. Un gran ojo se abrió, y lentamente la cabeza de un inmenso dragón verde todo cubierto de hojas y plantas se giro hacía a ellos amenazadoramente.
Me recuerda a los cuentos estos de la moraleja sobre lo que se debe hacer o no...
ResponderEliminarEn cualquier caso me ha gustado, pero ¿Habrá segunda parte?