Se fue despertando lentamente, y sin llegar a abrir los ojos, intento recordar donde estaba. Sintió unos brazos rodeándola, y una respiración profunda chocando contra su nuca. Sonrió y se acurruco más contra él. Llevaba una semana sin dormir bien, pero en cuanto él se encontraba a su lado, y velaba su sueño, siempre dormía de manera profunda y reparadora. Se sentía segura junto a él, y todos sus males se marchaban. Se dio la vuelta y se acurruco más contra él, que semidormido la rodeo con sus brazos y la atrajo hacia sí. Permanecieron así, hasta que el despertador empezó a sonar, él estiro un brazo por encima de ella y lo apago.
-Buenos días guapo.
-Buenos días preciosa. ¿As dormido bien?
-Siempre que duermo contigo duermo bien, ni que lo supieras ¿Y tú?
-Más bien poco, ya sabes que adoro mirarte dormida.
-Oh! De verdad que hombre… deberías haber dormido, que hoy curras.
-Puff, no me lo recuerdes…
Ella hizo amago de levantarse de la cama pero él la atrajo hacía sí y la beso con pasión, ella correspondió. Una risa cantaría escapo de sus labios.
-Venga dormilón- dijo apartándole- tenemos que levantarnos.
-No quiero- dijo él con voz de niño caprichoso- quiero estar todo el día contigo.
-Ya estuviste ayer el día entero conmigo Jack, hoy tienes que ir a trabajar.
-Ya, pero mañana te marchas otra vez. Cada vez pasas más tiempo sin volver a casa.
-Yo no tengo la culpa y tú lo sabes, mi trabajo no me permite quedarme mucho tiempo en casa.
-Ya, y tu trabajo es más importante que estar conmigo-dijo él levantándose.
-Yo nunca he dicho eso.
-Ya pero a veces lo parece.
Él se vistió y se marcho hacia la puerta sin mirarla.
-Al trabajo
-¿Sin desayunar?
-No tengo hambre.
Y tras esto cerró la puerta de un golpe. Ella se quedo, sentada en la cama, llorando amargamente.